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En Antártida está la única escuela que da clases en la Argentina con cuarentena

En la base Esperanza las clases se dictan con normalidad. 15 niños y adolescentes asisten diariamente a clases. Las 10 familias que viven allí están aisladas desde fines de febrero.

 

Pese a la pandemia del coronavirus, en la base Esperanza de la Antártida las clases se dictan con normalidad y los 15 niños y adolescentes asisten diariamente a sus aulas de la escuela Nacional N°38 Raúl Alfonsín desde el 5 de marzo se abrió la jornada educativa 2020. Hay un matrimonio de docentes titulares y dos auxiliares que ayudan. El dictado de clases se da con normalidad, son presenciales porque no hay riesgo de contagios”

 

Norman Nahueltripay, a cargo de la base, contó a amibito.com que desde fines de febrero se encuentran totalmente asilados del continente y de otras bases y al no haber casos de coronavirus positivo el dictado de clases continúa con normalidad de forma presencial. Un matrimonio de docentes titulares y dos auxiliares que ayudan.

 

“Somos una población de 63 personas, 10 familias y 15 chicos que siguen yendo a sus clases. Conviven en una aula y están divididos en nivel inicial, primaria y secundaria”, explicó Tripay.

 

El 3 de febrero, cuando el coronavirus no había sido aún declarado pandemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS) los habitantes de la Antártida empezaron a utilizar un protocolo de sanidad. Nahueltripay contó que todos los barcos que llegaban «debían tener una declaración jurada en donde daban cuenta de su estado de salud. Además tenían contacto con sólo tres miembros de la base, fue una forma de cuidarnos cuando esto recién arrancaba».

 

Además contó que se encuentran a 100 kilómetros al norte de la Base Marambio. «Nos comunicamos a través de un avión especial, pero hoy están interrumpidas esas comunicaciones, estamos completamente aislados”, remarcó. Como además se suspendieron las expediciones el virus no circula por ahora en la Antártida.

 

“Estamos acostumbrados a estar sin contacto con el resto, llegué a estar 13 meses sin ver otra gente más que mis compañeros de expedición. Los chicos no lo sufren, disfrutan de la familia y de la nieve”, contó el comandante respecto a cómo viven el aislamiento del resto del continente.

 

“Hoy el aislamiento nos da tranquilidad, tenemos alcohol en gel y el cuidado de lavarnos las manos, pero nos sentimos seguros en este terreno inhóspito”, aseguró.

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