¿Sabías que en Corea del Sur lograron controlar el coronavirus?
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El país mantiene una agresiva campaña de control para detectar y aislar los nuevos casos.
Desde hace varios días, el número de infectados en Corea del Sur viene bajando significativamente y, según el gobierno, se llegó a «un nuevo modelo adecuado para una pandemia en un mundo globalizado».
Entre el 20 de enero y el 17 de febrero, Corea del Sur detectó 30 casos. De esos, solamente tres no tenían conexión directa con las zonas de contagio comunitario no controlado hasta ese momento o con personas que hubieran estado en ellas. Hasta ahí, todo dentro de lo esperado.
Pero las cosas se complicaron con la paciente 31, que formaba parte de un movimiento religioso masivo y había asistido a varias reuniones multitudinarias.
Lo que se hizo entonces es empezar a reconstruir la estructura del brote teniendo en cuenta que el movimiento organiza reuniones multitudinarias. Era previsible que los casos se multiplicaran y pasó exactamente eso: el 20 de febrero ya había más de 70 casos, asociados todos a los miembros del culto de Shincheonji.
¿Qué se hizo entonces? El gobierno pidió ese mismo día a todos los habitantes de la zona afectada que se quedaran en sus casas y al día siguiente declararon “zona especial” el lugar del brote: se puso a más de 9000 personas en cuarentena estricta y se cancelaron todos los eventos culturales masivos.
El 22 de enero, 1200 de los 9000 cuarentenados tenían síntomas. Y todos los casos se podían conectar con los Shincheonji. El gobierno entonces decidió atrasar el inicio del semestre y controlar a fondo a la secta, examinando a sus 245 mil miembros.
Mientras tanto, se hicieron muchísimos tests de laboratorio: casi el cuádruple de los que se hicieron en Italia y diez veces más de los que se hicieron en España.
El objetivo central del gobierno coreano es rastrear todos los posibles casos, para lo que se vale no sólo de los tests sino de GPS y de apps para llevar control de los síntomas.
Los últimos movimientos de las personas infectadas se postean en sitios oficiales y se envían alertas a la gente cuando se detecta un caso nuevo en el área donde viven o trabajan.
El modelo coreano apuesta por que la información sea pública y haya un compromiso por parte de la población, de manera de poder diagnosticar el virus de manera rápida y efectiva.
Si bien resultó efectivo, probablemente se deba a la facilidad para detectar el origen del brote, y no está claro qué tan bien podría aplicarse en lugares donde el brote sea multifocal.